Mitos y leyendas de navidad que no conocías
Cultura

Mitos y leyendas de navidad: conoce más tradiciones curiosas

Desde monstruos aterradores hasta preciosas flores, conoce los mitos y leyendas de navidad que dieron origen a algunas de nuestras tradiciones.

La navidad es una de las épocas más esperadas y celebradas del año. Se trata de una fiesta que conmemora el nacimiento de Jesucristo, el hijo de Dios, según la fe cristiana. Sin embargo, la navidad también está llena de símbolos, personajes, costumbres y creencias que se han ido incorporando u olvidando a lo largo de los siglos y que tienen su origen en diferentes culturas y tradiciones.

 Más allá de su esencia religiosa, los elementos que conforman esta celebración son mitos y leyendas de navidad que le dan un toque mágico, misterioso o incluso terrorífico. En este artículo, te contamos algunos de estos mitos y leyendas poco conocidos que rodean la temporada decembrina.

¿Cuáles son los mitos y leyendas de navidad menos conocidas?

Algunos de estos relatos son muy antiguos y se han transmitido de generación en generación, mientras que otros son más recientes y se han adaptado a los tiempos modernos. Sin embargo, hay unos cuantos que se quedaron en el olvido, eclipsados por todas esas tradiciones comerciales que ahora están a la orden del día, por ejemplo: s.

El origen pagano de la navidad

Uno de los mitos sobre la navidad más extendidos es que se trata de una fiesta cristiana que conmemora el nacimiento de Jesús. Sin embargo, la realidad es que la navidad tiene un origen pagano y se basa en antiguas celebraciones del solsticio de invierno, que marcaba el día más corto y la noche más larga del año.

Los pueblos antiguos, como los romanos, los celtas, los germanos y los nórdicos, celebraban este acontecimiento con ritos, ofrendas y fiestas para honrar al sol, a la naturaleza y a sus dioses. Algunos de los elementos que hoy asociamos con la navidad, como el árbol, la corona, el muérdago, las velas y los regalos, tienen su origen en estas tradiciones paganas.

Cuando el cristianismo se expandió por el mundo, se encontró con la resistencia de los pueblos paganos, que no querían abandonar sus costumbres y creencias. Para facilitar la conversión, la Iglesia decidió adoptar y adaptar algunas de las fiestas paganas y volverlas mitos sobre la navidad, dándoles un nuevo sentido cristiano.

Así, en el siglo IV, el papa Julio I estableció el 25 de diciembre como la fecha oficial del nacimiento de Jesús, coincidiendo con la celebración romana del Natalis Solis Invicti (el nacimiento del sol invicto), que rendía culto al dios Sol. De esta manera, la Iglesia pretendía reemplazar el culto al sol por el culto al hijo de Dios.

La leyenda mexicana de la flor de Nochebuena

La flor de Nochebuena, también conocida como flor de Pascua, es una planta originaria de México que se ha convertido en un símbolo de la navidad en todo el mundo. Su nombre científico es Euphorbia pulcherrima, que significa “la más bella de las euforbias”, y sus hojas rojas y verdes le dan un aspecto muy navideño. Pero, ¿por qué se asocia esta flor con la navidad? La respuesta se encuentra en un antiguo mito de la navidad mexicana.

La leyenda cuenta que hace muchos años, en un pequeño pueblo de México, vivía una niña muy pobre y no tenía nada que ofrecer al niño Jesús en la misa de Nochebuena. Un niño, al verla triste, le dijo que lo importante no era el valor del regalo, sino el amor con el que se daba.

Así que la niña decidió recoger unas ramas secas del camino y llevarlas a la iglesia como ofrenda. Al llegar al altar, la niña sintió vergüenza de su humilde regalo y se puso a llorar. Entonces, ocurrió un milagro: las ramas secas se transformaron en unas hermosas flores rojas y verdes, que deslumbraron a todos los presentes. La gente dijo que era un milagro, y que las flores eran un signo del amor de Dios. Desde entonces, la flor de Nochebuena se convirtió en un símbolo de la navidad y de la esperanza.

La tradición alpina del Krampus

Entre los mitos y leyendas de navidad más populares en años recientes encontramos el Krampus, una criatura mitológica que forma parte de la tradición navideña de algunos países alpinos, como Austria, Alemania, Suiza, Eslovenia y Croacia. Se trata de un ser mitad cabra y mitad demonio, que tiene cuernos, garras, colmillos y una larga lengua. Su nombre proviene de la palabra alemana “Krampen”, que significa “garra”. El Krampus es el antagonista de Santa Claus, y su función es castigar a los niños que se han portado mal durante el año.

Según la leyenda, el Krampus acompaña a Santa Claus la noche del 5 de diciembre, víspera de San Nicolás, y mientras Santa Claus reparte regalos a los niños buenos, el Krampus se encarga de azotar, raptar o devorar a los niños malos. El Krampus lleva consigo una cesta, una bolsa, una cadena y unas varas de abedul. Con la cesta o la bolsa, se lleva a los niños más traviesos al infierno. Con la cadena, los ata y los arrastra. Con las varas de abedul, los golpea y les deja marcas en la piel.

El origen del Krampus se remonta a antiguas tradiciones paganas, relacionadas con el culto a los espíritus de la naturaleza y el miedo a la oscuridad del invierno. Con la llegada del cristianismo, el Krampus fue asociado con el diablo y se convirtió en un símbolo del mal. Sin embargo, el Krampus también tiene un aspecto lúdico y festivo, y cada año se celebran desfiles y fiestas en su honor, donde los participantes se disfrazan de Krampus y recorren las calles asustando a la gente y repartiendo dulces.

La leyenda italiana de la Befana

La Befana es una bruja buena que forma parte de la tradición navideña de Italia. Su nombre deriva de la palabra “Epifanía”, que es la fiesta cristiana que celebra la visita de los Reyes Magos al niño Jesús. 

Según la leyenda, la Befana vivía sola en una cabaña en el bosque, y era muy trabajadora y limpia. Un día los Reyes Magos pasaron por su casa y le pidieron alojamiento. La Befana los recibió con gusto y les ofreció comida y bebida. Los Reyes Magos le contaron que iban a Belén a adorar al niño Jesús, que había nacido en un pesebre, y le invitaron a acompañarlos. La Befana se negó, diciendo que tenía mucho que hacer y que no podía dejar su casa.

Los Reyes Magos se marcharon, pero la Befana se arrepintió de su decisión y decidió seguirlos. Sin embargo, ya era tarde y no pudo encontrarlos. Entonces, la Befana se dedicó a buscar al niño Jesús por todas partes, entrando en cada casa y dejando regalos a los niños que encontraba, esperando que alguno fuera el niño Jesús. Así, la Befana sigue buscando al niño Jesús cada año, la noche del 5 de enero, y deja regalos a los niños buenos y carbón a los niños malos.

La tradición catalana de el Tío de Nadal

El Tío de Nadal, también conocido como Tronca de Nadal, es un tronco de madera que forma parte de la tradición navideña de Cataluña, una región de España. Su nombre significa “tizón de navidad”. El tío de Nadal se empieza a preparar el día de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre, y se le pone una cara sonriente, una barretina (un gorro típico catalán) y una manta para que no pase frío. Cada día, los niños le dan de comer frutos secos, turrones, fruta y otros alimentos, y lo cuidan con cariño.

La noche del 24 de diciembre, los niños le pegan con un palo al Tío de Nadal, mientras cantan una canción que le pide que de regalos. Entonces, el tío de Nadal empieza a sacar regalos de debajo de su manta, que los niños recogen con ilusión. Los regalos suelen ser dulces, juguetes pequeños o dinero.

El origen del Tío de Nadal se remonta a antiguas costumbres agrícolas, relacionadas con el ciclo de la naturaleza y la fertilidad de la tierra. El tronco de madera simboliza el árbol que da frutos, y el acto de dar regalos representa la generosidad de la naturaleza y la abundancia de la cosecha. El Tío de Nadal también tiene un aspecto humorístico y divertido, y refleja el carácter festivo y desenfadado de los catalanes.

La tradición finlandesa del Joulupukki

El Joulupukki es el equivalente de Santa Claus en Finlandia, un país nórdico. Su nombre significa “cabra de navidad” o “cabra de Yule”. El Joulupukki tiene un aspecto similar al de Santa Claus, con su traje rojo y blanco, su barba blanca y su barriga prominente, pero se diferencia en algunos aspectos. Por ejemplo Joulupukki no viaja en un trineo tirado por renos, sino que monta una cabra gigante llamada Ukko.

El Joulupukki tampoco entra por las chimeneas, sino que llama a la puerta de cada casa y pregunta: “¿Hay niños buenos aquí?”. Entonces, los niños le reciben con alegría y le cantan canciones navideñas. El Joulupukki les entrega los regalos en persona y les pregunta si se han portado bien durante el año. Los niños le responden con sinceridad y le agradecen los regalos.

El origen del mito sobre la navidad del Joulupukki se remonta a antiguas tradiciones paganas, relacionadas con el culto a los espíritus de la naturaleza y el miedo a la oscuridad del invierno. El Joulupukki era originalmente una figura temida y respetada, que exigía ofrendas y castigaba a los que no cumplían con sus demandas. Con la llegada del cristianismo, el Joulupukki fue suavizado y transformado en una figura bondadosa y generosa, que trae regalos y alegría a los niños. El Joulupukki también tiene un aspecto familiar y cercano, y refleja el carácter acogedor y amable de los finlandeses.

La temporada decembrina son épocas llenas de mitos y leyendas de navidad que enriquecen la cultura y la historia de cada país. Estos relatos nos muestran la diversidad y la creatividad de los pueblos, y nos invitan a conocer y respetar sus tradiciones y costumbres. Al mismo tiempo, estos relatos nos revelan los valores y las emociones que compartimos como seres humanos, y nos unen en un espíritu de paz, amor y esperanza. La navidad y la temporada decembrina son, en definitiva, épocas para celebrar la vida, la naturaleza y la humanidad.

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Andrea Pelayo
Publicista y relacionista público. Me descuidan 5 minutos y ya me fui a un festival de música. Me encanta el té, las historias de terror y seguir tutoriales de tiktok.

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